sábado, 24 de septiembre de 2011

El osito de peluche

Al final, como comenté en el blog anterior, me llamó una compañera el domingo por la noche, que estaba en Costco, que si quería el oso, que ella tenía la tarjeta. Así que se lo encargué.
El lunes por la mañana hicimos el cambio de mercancía en el parking de la oficina.
Doy fé de que el oso llegó a casa muy cómodo, en el asiento trasero, que es el má seguro para osos, según la DGT
y también cumplió con todas las normativas de seguridad vial. Se le ve en la cara que venía disfrutando. Acompañamos al invitado a casa:


Y le dejamos esperando al anfitrión sentado en un rincón:
Después hicimos pasar a Pablo y la cara era de película, miraba al oso, nos miraba a nosotros sonriendo pero cauteloso, como diciendo "esto que eeees???", y repetía varias veces durante un rato. Luego ya se tiró hacia él y se puso a treparle, acariciarle la barriga, etc
Cogimos un video pero sale girado y no tengo nada para corregirlo así rápido...
Hoy en la siesta, aunque no lo parezca la misión del oso era amortiguar a Pablo en caso de que se despertase de la siesta despistado y se cayera del sofá, pero me gustó el "paralelismo":




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